El siguiente trabajo de clase consiste en utilizar cuatro colores que sean adyacentes en el círculo cromático (los que queramos), para realizar varias pinturas con formato más o menos libre.
El profesor nos propone que utlicemos rectángulos con una proporción entre sus lados similares a las del lienzo. De esta forma, se conseguirá una armonía entre los distintos elementos que conforman la pintura, que favorecerá el resultado final.
Utilizar colores adyacentes del círculo cromático va a redundar también en una armonía de los elementos (pues los colores adyacentes son colores que conjuntan bien, que se relacionan armoniosamente cuando los ponemos juntos).
El profesor nos anima a que no nos conformemos con el primer trabajo que realicemos, sino que experimentemos con diversas formas y colores.
Estos son mis trabajos.
En el primero que realicé mantuve las proporciones de todos los rectángulos con respecto al lienzo:
El rectángulo alargado de la izquierda es el único que no mantiene las proporciones, en un intento de equilibrar el peso de los otros rectángulos.
En el siguiente probé a cambiar las proporciones, guiándome por la intuición:
En este otro orienté los rectángulos en diagonal:
Los siguientes dos trabajos los hice dividiendo todo el espacio en rectángulos del mismo tamaño, manteniendo las proporciones del lienzo, y colocándolos regularmente como una cuadrícula.
Después de pintar los rectángulos con cuatro de los colores adyacentes del círculo cromático, les hice una veladura con témpera negra.
En el primero hice más oscuros los cuadros del borde exterior, y en el segundo al revés. Intentaba conseguir que el centro de la pintura se hundiera hacia dentro o sobresaliera.
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