lunes, 25 de noviembre de 2013

Recursos procedimentales con técnicas al agua

   Tenemos que utilizar al menos dos de las técnicas que se propusieron en clase para realizar dos trabajos libres con témpera.
   
   Tinta plana a pincel, gradaciones con diferentes saturaciones de agua, aplicación a espátula, punteado, salpicado, chorreado, raspado, reservas, frotage a pincel semiseco, lavado con esponja, recursos de dibujo (plumilla, trazos, tramas...), plantilla y estampado con materiales eran los recursos propuestos.

   Yo he decidido utilizar en mi primer trabajo el salpicado y en el segundo la aplicación con espátula.

   Para realizar el salpicado utilicé una jeringuilla que iba rellenando con la témpera. Dependiendo de la posición en que ponía la jeringuilla, la fuerza con que expulsaba el material y su grado de fluidez, el resultado que obtenía variaba.

   Utilizando distintos colores que intentaba colocar de forma que armonizaran, el resultado fue este:


   Me gusta como interviene el azar en la obra, pues nunca podemos controlar totalmente cómo serán las salpicaduras. A veces se obtienen manchas de formas muy bonitas. Sin embargo es un trabajo que necesariamente tiene uno que repetir hasta que quede más o menos como deseamos. Hay que probar.

  Para el trabajo con espátula utilicé la témpera directamente de los botes, sin añadir agua. 
  He intentado reproducir un paisaje astronómico, jugando con pocos colores que combinaran bien:


   Los colores los he mezclado en el lienzo, que esta vez, igual que en el trabajo anterior, era un tablero de DM tratado con gesso. Este soporte, más duro que el papel utilizado en otros trabajos de clase, me ha permitido utilizar estas técnicas que requieren aplicar mucha más cantidad de pintura.

   Para el último trabajo doblé el lienzo por la mitad, y en una de las partes dispuse varias manchas de pintura de diferentes colores. La disposición de los colores y la cantidad de cada color, intenté que fuera proporcionada para que el resultado fuera equilibrado. Según hemos visto en clase las proporciones aproximadas de los colores primarios y secundarios, para que la pintura esté equilibrada (la razón es la diferente luminosidad que tiene cada color) debería ser: amarillo: 3, naranja: 4, verde y magenta: 6  , azul: 8, violeta: 9.
   Tras poner el color en el papel, presioné ambas partes para que la pintura se expandiera y mezclara. Las proporciones cambiaron pues el azar siempre juega su papel. Giré una de las partes para que el resultado fuera menos simétrico.


  





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